Cadete 4 96-73 Premià de Dalt

Partido de menos a más el que hemos jugado en casa tras venir de una jornada anterior que nos dejó con malas sensaciones y con una semana de entrenamientos irregular, marcada por la derrota del sábado pasado y que ha ido mejorando con los días. El marcador final es excesivamente amplio y no refleja la dificultad que ha tenido un partido que no se ha roto hasta muy al final.

La puesta en escena no ha sido la mejor posible y durante muchos minutos del primer y segundo cuartos se ha intuido un estado anímico similar al del partido anterior, sin acabar de entrar en el ritmo de partido y nivel de intensidad en el que nos encontramos a gusto jugando. Sin embargo, sí que se han podido ver algunos síntomas de mayor frescura, sobre todo en ataque, donde empezamos a ser capaces puntualmente de hacer buenas lecturas, ganar espaldas, coger tiros librados, pasar mejor la pelota, cortar sobre el poste bajo, penetrar y doblar, etc…

Al inicio del tercer cuarto el marcador se nos ha puesto a favor con cierto margen y esto ha hecho que empezáramos a jugar más alegremente y que nuestro nivel emocional creciera y, a partir de ahí, hemos estado más intensos, tenido más actividad sobre el balón y en las líneas de pase, lo cual nos ha propiciado robos de balón y control del rebote en ambas canastas, de lo cual hemos podido meter canastas fáciles y esto ha alimentado una espiral positiva hasta que el marcardor definitivamente se ha roto y hemos terminado con muchos puntos.

Principal trabajo a controlar: ser capaces de jugar con la misma actitud e intensidad e intención cuando metemos fácil que cuando no, cuando encajamos una racha en contra de dos o tres o cuatro canastas seguidas que cuando nuestra defensa es mejor y robamos balones, cuando estamos lúcidos en ataque que cuando estamos más espesos, cuando controlamos el rebote que cuando no, etc… en definitiva, que el marcador no determine nuestro estado en pista. Lo importante es el camino y nadie dijo que fuera fácil.